El hijo pródigo

También comentar, que ayer, cual hijo pródigo, volví al hogar que me vio nacer.

Tras el puente, llegué a casa para comprobar como Ana, mi ex, había cogido TODAS sus cosas, convirtiendo lo que era mi precario hogar temporal en un Beirut o Sarajevo cualquiera...

Así que pasé esa noche de la mejor forma posible y ayer cogí mis bártulos básicos (ropa y ordenador) y me volví a mi cuarto, que ya no es mi cuarto, claro, sino un cuarto de invitados absolutamente aséptico. Pero bueno, anoche fue la primera noche, y no me puedo quejar, progresivamente iremos haciendo la mudanza durante esta semana y la siguiente.

Cierto es, que la pena me embargaba mientras recogía cosas, y pensaba en la ilusión con la que se construyen las cosas, para que luego, si las cosas se tuercen, pase lo que pase, pero bueno... es ley de vida... Es triste recoger tus cosas y largarte de tu casa. Es algo terrible de hecho.

Y la cantidad de cosas que nos ha aportado la casa, ya no solo a nivel Ana y mío, que tb, pero la cantidad de frikismos que ha visto esa casa, de fiestas, de timbas, de barriles de cerveza, de partidas de risk, de otros juegos de tablero, de cumpleaños, de partidos de futbol, de mundialines con los colegas, de maratones de trilogías, de conversaciones, en fin... Un minuto de silencio por José Ortega y Gasset 87, 3ºC. Gracias por todos esos momentos.

Ahora comienza una nueva fase.