El martes estaba yo ya un poco reventado... Estaba en mi mesa, tecleando y pensando, puf, un squash ahora? Puf, puf! Y pensando, vale, pero paso de cañas luego, me voy a mi casa de tranqui a sobarla que estoy hecho una ful. Salimos del curro la simpática y yo, nos cruzamos con el País, le digo lo mismo, que hoy squash y a la piltra, se descojona, la simona se queda con él, yo sigo mi camino, llego a casa, pillo la mochila, la raqueta y toda la ostia, y tiro pal squash. De camino siento la necesidad de ingerir líquido elemento y me compro en unos chinos una botella de agua de litro y medio.
Llegamos y mal, el primer partido que puedo ganar, contra el Rumano, va el maricón y me gana. Me hundo moralmente, me folla Sergio, me folla el Pez, me folla el Paco, vuelve el Rumano, y me le follo yo, menos mal, luego me dan otra vez lo mío los demás, y en un momento que aún no me explico, gano al Pez en el último momento lo cuál puso el broche de oro a la noche. La verdad es que excepto al Rumano, a los demás no les gano yo, pierden ellos...
Luego duchita, zumito, los mil Aquarius que nos habíamos tomado, me quedo como nuevo, y claro, el Pez dice, mirad, me la suda el Baccus, vamos dónde queráis, ahí tirados al parque con una birrota, lo que sea, pero vamos a quedarnos, que se está de buti! A lo que respondo: Un Wild Thing, no? Acabamos en la Bodega tomando unas claritas y unas patatitas, y luego en el Wild Thing otra vez, con el aliciente de que Paco no conocía ninguno de los dos lugares. Nos tomamos un par, unos canus en el parque y pa casa.
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