Squashismo y mocazor

Ayer tenía una cita para enseñar mi casa, con una particular de Pozuelo. Llaman al telefonillo, voz de tío, Enrique Barrasa? Venimos a ver el piso. Suben. Parejita. Les saludo, tío, no me lo creo, Javier Casado, compañero de clase del Pilar, letra C. Nos descojonamos, hablamos de la vida y tal, de qué tal nos ha ido a cada uno y eso... Le enseño la casa, le mola, nos despedimos, y ma largo al squash. Llamo al Tobillo humano para contarselo y se descojona. Qué casualidades tiene la vida, eh?

Llego al squash y no hay ni dios. Llegan todos tardísimo menos el Paco, que llevaba una hora en otra zona y ni nos hemos visto uno a otro... Jugamos a un nivel altísimo, me dejo las pelotas, casi gano a todos, pero no... pero cada vez les cuesta más ganarme, antes era en plan, hombre me toca con el panda, tiempo para relajarse, y ahora tb se relajan, pero menos... Es lo que tiene que falle el Rumano, que me convierto en carnaza yo...

Bueno, ducha, salimos, votamos, Bodeguita, birrotas heladas, patatitas, lacón, salimos, pasamos por unos chinos, y el Pez propone, pillamos unoslitros y nos fumamos unos canus en el parque. Digo, de buti. Compramos, bebemos, la fumamos, se acaban las litras. Sergio y Paco van a por más, yo ya llevo un moco de cojones... Vuelven, que no les venden ya... así que... un Wild Thing, no? Copita en el Wild Thing, me llevan a casa y me desmayo. Fue el gordisma quien dijo un día que no se había quedado dormido, no, que se había desmayado, pues eso es lo que me pasa últimamente, que caigo en la cama desmayado, ni duermo ni ostias, pierdo la conciencia hasta que suena el despertador...