Domingo cultural

El domingo nos fuimos a desayunar los que nos habíamos quedado en casa la noshe anterior. Fuimos al Vips a por el clásico croissant de jamón y queso con beshamel gratinado, lo que antes se conocía por el nombre de un francés. Después, el País se fue a un partido del Estudiantes, y la prima y yo nos quedámos en casa viendo el documental de Star Wars, que es una pasada... Luego vino la Gorda (otra prima, hermana mayor de la simpática) con Jorgito, (un primo suyo, que no mío, es decir, no es Barrasa, sino Rodríguez...) y estuvimos haciendo el cafre un rato en casa. Luego contactó Carrete (la hermana de Cilindro, mi mejor amiga, que se fue a hacer las Irlandas, snif, snif... vuelve ya, mardita zorra!) y nos dijo que había quedado con Juan y Raquel (hermana mayor de su ex) para ir al Reina Sofía a una exposición. Yo les digo que si, que me apunto. La prima no que tenía domingo Barrasil de esos que ya he descrito aquí alguna vez, de esos que son las mismas 2 horas pero repetidas una y otra vez, café, pastas, niños pequeños, hablar de niños pequeños en una casa, cambio de casa, otro café? Más pastas, más niños, más temas de niños? Otro café? Otra casa, y así hasta el infinito... Lo que pasa es que estaba tan fumado que luego no me apetecía ir a ver las esculturas de los cojones. Así que quedé con ellos al salir, a las 14:30. Quedamos tb con la Mariana (ex de Carrete) y Paloma (su novia) y nos fuimos a la calle Argumosa a una terracita al solecito, mientras nos mamábamos de lo lindo y veíamos a Alonso comerle el culo al Schumacher. 8 birras después, nos fuimos a otro sitio a por salmorejo, empanadas y pasteles de puerros que estaba todo de la ostia. Mil birras más, todos mocazo ya... de postre, dice una, un vinito dulce. Qué vinito dulce ni que vinito dulce, de postre un domingo de birras, lo suyo es un Gin tonic, y el Juan y yo tiramos de Gin tonic como dios mientras que las niñatas se empalagaban con el vinacho. A Carrete el entró el ansia chocolatil y se fue a por filipinos a unos chinos, volvió con 6 cajas de filipinos y 2 bolsas de conguitos, nos pusimos morados, y claro, más sed, vamos a otro garito... pasamos por uno, y estas dos, joder, las gambitas, vamos a tomarnos una donde las gambitas. Pues hala, al de las gambitas, las 20 de la tarde y nosotros sin comer propiamente dicho y moco perdidos... Ración de gambas plancha a 1.75€. Lo miré como 12 veces. No me lo podía creer. Pedimos 3 raciones, y estaban como dios, la verdad. Después unos boquerones, más birras... más de lo mismo, si... Después de esto, Paloma dice, y ahora, a cenar, al Pakistaní. Joooooooder, más comida, más bebida... el pakistaní este, resultó ser la polla. El mejor kebab de mi vida. Increíble. Estaba todo de la ostia. Nos pusimos morados. De ahí se escindieron Paloma y la Mariana, y Carrete, Juan, Raquel y yo nos fuimos andando para el barrio de Carrete. Allí, proponemos tomarnos la última, nos metemos en el Diablito, nos pedimos unos caipirinhas, y vaya puta mierda de caipirinhas, de verdad que estas cosas deberían estar prohibidas. Cualquiera te planta la caipirinha en su menú y luego te hace una bazofia infumable... El caso es que nos las bebimos y nos largamos de allí, yo quería tomar otra, para quitarnos el sabor de la caipirinha de mierda, pero los ánimos de la gente ya no nos acompañaban... Así que de ahí, a la 1 o así, pa casa...

Estuvo gracioso porque fue de esos días que no planeas nada, de repente quedas, y vuelves a tu casa a la 1, mocazo, lleno, con sitios nuevos en la cabeza y habiéndotelo pasado de puta madre... Me quedo con un resumen de la noche que le hizo Juan a la novia de Carrete, Ángela, por teléfono, explicándole la situación: Mira Ángela, qué tal estás? Pues nada, que hemos quedado para una exposición en el Reina Sofía, nos hemos tomado una cervecita y ya marchamos para casa... jajajajajjajaja, casi a la 1 de la mañana le dice eso, jajajajajaja, que crack.