La gran Ainhoa

El sábado celebraba el cumple la gran Ainhoa, compañera de trabajo, junto con un amigo suyo (un tal Maligno) en una finca en Buitrago que era una pasada... Nada más salir, recojo a la simpática prima penalizante en el Corte Inglés de Princesa, de ahí, tiramos por la M30 a por la Paqui, otra compi del curro. En ese momento se pone a caer la del pulpo, pero a lo bestia, granizo casi... y nosotros pensando... ¿a dónde coño vamos a una barbacoa con la que está cayendo? En fin, menos mal que nos llamó Ainhoa, y nos informó que allí hacía un sol radiante. Era posible, ya que Buitrago está a 75 Km. de Madrid, así que esperábamos que el tiempo allí fuera diferente, porque sino... Quedamos con el País asesino en la estación de Villaverde bajo, recogemos a Paqui (mientras la esperábamos, lo juro, aparqué en un sitio para hacerme un canu. Bien, pues el coche de al lado, con una cadena de esas con las que cierran las puertas del metro por la noche, y un pedazo de candado alrededor del volante, mazo de feo, vaya... si es que por algo me da miedo salir del perímetro de la M30...) esperamos al País asesino, y ya nos vamos todos pa Buitrago. Al llegar, vemos una pedazo de puerta con el anuncio “Ganadería salvaje” y todos acojonados, me bajo, quito el candado, abro la puerta, pasamos, cierro el portalón, caminito de tierra, vacas a la izquierda, vacas a la derecha, algún que otro ternerito, todo muy silvestre... más adelante, unas construcciones, una capilla, y una puerta abierta, ruido, ahí es! Pedazo de caserón de esos antiguos super cuidado, con piscina, barbacoa, mil jardines, todo de la ostia, vaya... Allí conocemos a los amigos de Ainhoa (panda de raros raros... ;-) y empezamos a mamarnos, sin conocer a naide, hablando entre nosotros, el sector Dubbing, y de vez en cuando con algún parroquiano que se dejaba caer por nuestra zona... Chorizo, queso, tortilla, patatas, birritas y vinitos mientras la barbacoa nos ahumaba. Sólo faltaba Georgie Dann.

Y así pasaron las horas, entre los aperitivos, los canutitos y el bebercio. Llamada de la Maite, contable, (visitad su blog en los links de la derecha...) que se viene pa acá, que tenía una comida familiar pero que terminaba y se venía pa acá. Apareció 3 horas después... Ainhoa y familia ya casi se iban, yo llevaba un moco de cuidado, ya había dejado de beber hace tiempo porque tenía que volver con el vehicla, pero de pronto sacan los brugales, con su limoncito.... mmmmhhhh.... me tomé unos sorbitos de uno, y ya si que empezó a llover... Asíq ue nos metimos pa dentro, pero bueno, pa despedirnos al minuto de los amigos de Ainhoa, ya que sin Ainhoa allí, pintábamos menos que un pulpo en un garaje.

Intentamos convencer a Paqui de que siguiera la juerga, pero la muy rancia se cogió la metra en cuanto tuvo oportunidad. Maite sin embargo se vino al Bo Finn, pub irlandés debajo de la casa de su amor platónico, Tobillitos, con la esperanza de que cual Gwendolene cualquiera dejara caer sus trenzas por el balcón y Maite pudiera trepar por ellas hasta su presensia. Pero el Tobillo humano, que es un tipo duro, estaba comatoso de haber salido el día anterior y no se encontraba con fuerzas ni para jugar a su MMORPG de los cojones (todo esto a las 20 y algo ya del sábado, las resacas del Tobillo son como las resacas electorales o peor...). Se incorporó el Pez y nos fuimos a un chino guay que decía la Maite al que nos impidieron la entrada al no tener reserva y entonces dijimos, chino... chino... al Wok! Y pal Wok que tiramos... Después del Wok, Maite se dio carril y nos fuimos el Pez, el País, la simpática prima y yo a casa a ver una peli. La peli en cuestión fue “Utraviolet” de Milla Jovovich. Vaya pufazo de peli, por dios, nos quedamos todos dormidos, con lo que prometía la cosa... lo mejor la coreografía de las ostias, y ni siquiera era pa tanto, la historia fatal, la interpretación fatal... Aún no ha salido en España, pero ni se os ocurra ni bajárosla, vamos, vaya puta mierda....

Después de eso, Pez a su casa, estos dos al sofá y yo a mi piltra.