martes, abril 18, 2006

Semana Santa

Bueno, pues la Semana Santa comenzó el jueves a las 04:30 de la mañana, cuando sonó el despertador para ducharme, hacer la maleta e ir a recoger a la simpática prima penalizante. De ahí tiramos hacia el norte, A-6 hasta León. Como la simpática no lo conocía, y a mí siempre me hace ilusión parar en León cuando vamos para Asturias, decidimos hacer un pequeño alto en el camino. Recorrimos la zona antigua, entramos en la catedral (espectacular, no creo que haya otra iglesia tan luminosa por dentro en el mundo, las vidrieras de León son una pasada), que me hace tanta gracia con cada torre de su padre y de su madre... Luego nos metimos en una cafetería de esas chungas que le molan a la Simona, de las de cortinas moradas enormes de terciopelo de esas que pesan como 10 kilos cada una... Molaba el sitio, Haddock se llamaba creo recordar...

De ahí tiramos pa Gijón, oh, el gran Gijón, la ciudad del buen rollo, cómo me flipa Gijón, debe ser por lo bien que me lo he pasado siempre ahí. Nada más llegar subimos al parque ese con la estatua de Chillida que mira al mar y que tan flipante es. Después de eso recorrimos un poco el puerto deportivo, las placitas, un mercado que había donde nos avituallamos con unos bollos preñaus y nos sentamos en una terraza a tomarla.

De ahí nos fuimos para Cudillero, pueblo pintoresco también donde los haya, y estuvimos dando vueltas y tomando sidra hasta la hora de cenar. Luego nos fuimos a una parrilla argentina para cenar que madre de dios, vaya chorizos criollos, vaya chuletones y vaya costillares, en fin... la gran jamancia...todo ello regado con la correspondiente sidra que la simpática prima aún no se atrevía a escanciar...

Al día siguiente visitamos Ribadesella, con los caserones esos que hay en la playa, que madre mía, como vive la peña, yo flipo... Más sidra, más comida, en fin...

Al día siguiente visitamos un pueblecito que se llama Cuevas, que para llegar hay que atravesar una cueva enorme con el coche, de esas que tienen estalactitas y estalagmitas y esas cosas... una cueva cueva, vaya... es más raro ir en coche por dentro de una de esas... y el pueblecito molaba... Compramos sobaos “El macho” en una tienduca del lugar y tiramos de vuelta a Ribadesella.

El domingo lo dejamos para ver Oviedo. Subimos a Santa María del Naranco y San Miguel de Lillo, que son bastante simpáticos, la verdad. Luego vueltecitas por la ciudad, catedral, mercado, parque, placitas, café simpático, carbayón (el dulce típico de Ovieu, una explosión de azúcar), botella de agua y vuelta pa Madripi a las 21 o asín. La simpática prima cogió las riendas del vehículo con lo que vi mi sueño realizado de poder ir de copiloto en mi propio coche fumándola a modo. Y la prima venga a tirar millas, paramos? cambiamos? le decía yo... y ella respondía, tienes que mear? No. Pues seguimos. Y se lo hizo del tirón la muy machine, Oviedo - Madripi del tirón llevado por la simpática prima penalizante. Toda una experiensia :-)

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