El sábado estuvo marcado por la profunda tristeza de volver a palmar al Hattrick siendo superior a mi rival. Luego siesta, arreglar un portátil en mi casa y quedar con el Gordisma, para despedirle. De ahí nos fuimos a la gamba is gut, nos hinchamos a birrotas hasta que cerraron, y lugo al torrezno de moda. Allí, torreznos como para una boda y unos calamares remataron la faena y nos dimos por cenados. Luego el Pez me informó de que iba a casa de Laberto sobre las 00h, momento que decidió el Gordismo como el apropiado para darse carril pues su vuelo era a las 4 de la mañana o algo así y aún debía pasar por su casa. Nos despedimos y fui a encontrarme con los dos López. Estaban jugando a los dardos, terminaron la partida, nos tomamos una cerveza y nos fuimos para el rey lagarto a por calimocho de calidad. Allí estaban Sergio y el Rumano, y al poco se unió Mariano. Después de unas horas en ese antro infame que Vic califica como garito pasillo, pq eso es lo que es, una barra a un lado y enfrente la pared y siempre estás en medio de los que vienen y van, nos fuimos pal Honky. Y allí, lo de siempre, copas, música decente, algún amago de entrar a tías por parte del Rumano, Mariano o Sergio, y carril a las 6. De ahí nos fuimos a los espaguetis, donde nuestro amigo el comedido, rey de la mesura, usease, el Pez, se empeñó en pedir 5 tercios y una de espaguetis para todos. Tb hay que decir, que el Pez ya estaba en ese estado que tanto le favorece (aunque se comportó como un cabestro en algunos momentos de la noche, verdad, cerdo?) y llevaba dos horas hablando con todo el mundo que se cruzaba con él. Yo insistía en que no era necesario, que la gente va a su rollo, que no tenía porqué dirigirse a todo el mundo, que el mundo está guay, que no había necesidad de hablar con TODO el mundo... Después de los espaguetis, nos fuimos en metro a casa, hacía siglos que no cogía la metra matutina...
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