lunes, junio 12, 2006

Wildthinguismo atroz

El jueves por la tarde tuve que ir a enseñar mi casa a una pareja a la que le moló bastante y luego quedé con el Pez, la simpática y el País asesino para tomarla. Fuimos a un bar de cervezas alemanas al que no había entrado nunca, cerca de mi casa. Franziskaner pal cuerpo y a cenarla al clásico del Valladares en Fco. Silvela. Mil cañas, una de calamares, boquerones, bravas y croquetas. De ahí, despedimos al País y a la simpática, y el Pez y yo tiramos pal Wild Thing. Llegamos sobre las 12 y algo, empezamos a mamarnos, un brugal cola, dos, tres, el cuarto ya fuera de hora y sin oferta, y el quinto para rematar. 5 copazos en hora y media = ciego de cojones. Me acosté y no recuerdo ni como repté hasta la cama.

Al día siguiente, claro está, seguía borracho. Salgo de la ducha, me encuentro a mi madre, me dice que si me pasa algo, le digo que sigo mamao, me dice que si patatín patatán, me arerepiento de tanta sinceridad y me largo pal curro.

Conclusión, al Wild Thing hay que ir a tomarse unas copas, no a mamarse y estar jodido al día siguiente, que se me hizo el puto día eterno... A ver si el jueves que viene recordamos esta bonita premisa...

1 comentario:

Anónimo dijo...

yo me levante como dios. y disfrute del viernes.